Breve resumen de la vida de Diego García de Paredes, "El Sansón Extremeño"
Saludos tras mucho tiempo! Hoy os traigo una biografía de un personaje histórico la mar de interesante, Diego García de Paredes, uno de los mejores guerreros de la Corona de Castilla
Lo más destacable de nuestro protagonista es su apodo: “El
Sansón Extremeño”, pues todas las fuentes nos dicen que Diego era un hombre
corpulento, de gran fuerza y estatura, la cual se cree que, según fuentes de la
época, superaba los dos metros de altura con creces, en cuanto a su fuerza, se
dice que su arma preferida era el montante, un espadón de unos ciento veinte-
ciento cuarenta centímetros de altura y dos kilogramos de peso, a simple vista
nos puede parecer poco, pero un servidor sabe algo de esgrima y les puedo
asegurar que para estar luchando con un arma de semejantes dimensiones (y no
agotarte físicamente) se requiere no solo la ventaja de la altura de la
persona, sino una fuerza bastante superior a la media
García de paredes nació en el pueblo de Trujillo (Actual
Extremadura, de ahí el apodo), un 30 de Marzo del año 1468, hijo de Sancho
Ximenez de Paredes y Juana de Torres, algo que debemos destacar de el es que, a
pesar de no haberse criado en la corte y haber estado criado en el oficio de
las armas desde joven, había aprendido a leer y escribir, toda una hazaña para
la época si tenemos en cuenta el bajo nivel de alfabetización de la población
en el S.XV
Cuando sus padres fallecen, Diego se marcha a Nápoles, a la
Italia del renacimiento, en el contexto de la guerra que existía en la época
entre españoles y franceses: la llamada “primera guerra italiana”, cuando esta
terminó, Diego y su hermano Alvaro se trasladarían a Roma, donde se ganarían la
vida participando en duelos clandestinos por la noche, despojando a los
vencidos de su capa, la cual era la prenda mas valiosa de la época, que mas
tarde venderían en el mercado clandestino
Diego no quería esta vida deshonrosa para un hidalgo, eso lo llevó a contactar con un conocido suyo en el vaticano, el cardenal Bernandino de Carvajal, el cual mejoró su situación social, se dice que el propio papa, Alejando VI se fijó en el por uno de sus “logros”: Las fuentes de la época nos indican que, el pontífice estaba observando a un grupo de españoles que estaban jugando a Lanzar la barra, un juego típico de la época, un grupo de italianos recelosos provocó una disputa y entonces nuestro protagonista, Diego junto a otros seis camaradas, se armó con la propia barra y destruyó a sus rivales, ”matando cinco, hiriendo a diez, y dejando a los demás bien maltratados y fuera de combate”[1] . Gracias a este suceso, llegó a ser el propio guardaespaldas del Pontífice en su escolta personal
En su servicio como guardaespaldas, perpetuó otra de sus hazañas, poniéndonos en contexto, la casa de Orsini (Casa noble Italiana), había tomado las armas contra el Pontífice, Diego intervino junto a las tropas españolas al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba (El Gran Capitán) en la captura del corsario vizcaíno Menadlo Guerra, fue en la toma de la ciudad de Montefiascone, cuando Diego “Demostró fuerzas descomunales al arrancar de cuajo las argollas de hierro del portón de la fortaleza para dar entrada al ejército pontificio ”[2]
Pero este cargo no le duró para siempre, ya que por esas fechas, Diego se vio involucrado en otro de sus famosos duelos de honor, esta vez contra un capitán italiano llamado Cesare el Romano, que le reprochaba el haber gritado el nombre de España en una batalla contra el Duque de Urbino, El duelo se celebró en Roma, el cual Diego salió victorioso, como resultado cortó la cabeza del duque “no queriendo entenderle que se rendía” [2], esto trajo como consecuencia el arresto y posterior encarcelamiento de García De Paredes, sin embargo, Diego logró escapar de dicha cárcel, las leyendas dicen que robó una alabarda y con ella mató a los guardias que le custodiaban
Diego consiguió reincorporarse al ejercito español bajo las
ordenes del Gran Capitán gracias a Prospero Colonna, un importante mercenario
de las guerras italianas, Una vez ahí, tenemos registros que dicen que
participó en el asedio de Cefalonia ( Actual Grecia), donde hizo otra de sus
espectaculares hazañas, con espada en mano, empezó a matar a los turcos que se
acercaban para intentar acabar con el, hordas y hordas no conseguían frenarle
hasta que cuando “la fatiga del cansancio y hambre, después de haberse
defendido durante tres días, le rindió”[1],
los turcos le tomaron prisionero, pero escapó según la tradición: (Diego
arrancó las cadenas de su prisión, echó abajo las puertas del calabozo y
arrebató el arma a los centinelas después de acabar con ellos; de una forma u
otra, lo cierto es que no fue rescatado y consiguió liberarse de su propia
mano)[4],
fue por esta leyenda por el que se le conoce como “El Sansón de Extremadura”,
ya que según la biblia, Sansón también arrancó las cadenas de su prisión
Sin embargo, su hazaña bélica más significativa nos la ha dejado en la segunda guerra de Nápoles, en 1503 durante la batalla de Garellano. Las fuentes nos dicen que Diego, herido en el orgullo por un reproche del Gran capitán por una táctica militar propuesta por el Extremeño, cegado por la ira se dirigió con un montante al puente del rio Garellano, este desafió a un escuadrón del ejército francés (Unos 2000 hombres, aunque hay debates sobre esta cifra)[5] y se abalanzó en solitario contra ellos, comenzando una verdadera carnicería entre los franceses, los cuales debido a la estrechez del paso solo podían acometerle de frente, incapaces de hacerle frente “Con la espada de dos manos que tenía se metió entre ellos, y peleando como un bravo león, empezó de hacer tales pruebas de su persona, que nunca las hicieron mayores en su tiempo Héctor y Julio César, Alejandro Magno ni otros antiguos valerosos capitanes, pareciendo verdaderamente otro Horacio en su denuedo y animosidad”[6]. Nadie daba crédito de lo que estaban viendo, como nuestro Sansón Extremeño estaba enfrentándose en solitario a un contingente francés, al final los españoles se vieron obligados a retirarse por la superioridad numérica del enemigo y el constante bombardeo de la artillería francesa, siendo el ultimo en retirarse nuestro protagonista, citan las Crónicas del Gran Capitán que: “entre muertos a golpe de espada y abnegados en el río fueron aquel día más de quinientos franceses”[7]
En 1504 terminaba la guerra en Italia con el tratado de Lyon, en el cual se exponía que Nápoles pasaría bajo los dóminos de la corona de Aragón, El Gran Capitán quiso recompensar a aquellos que lucharon junto a su lado, de entre los cuales Diego no sería la excepción, dándole así el título de marqués de Colonnetta, fue tan fiel a Gonzalo que cuando había intrigas en la corte sobre él, Diego irrumpió en la corte de Fernando el Católico mientras este rezaba y le dijo: “Suplico a Vuestra Alteza deje de rezar y me oiga delante de estos señores, caballeros y capitanes que aquí están y hasta que no acabe mi razonamiento no me interrumpa, Yo, señor he sido informado que en esta sala están personas que han dicho a Vuestra Alteza mal del Gran Capitán, en perjuicio de su honra. Yo digo así: que, si hubiese persona que afirme o dijere que el Gran Capitán, ha jamás dicho ni hecho, ni le ha pasado por pensamiento hacer cosa en daño a vuestro servicio, que me batiré de mi persona a la suya y si fueren dos o tres, hasta cuatro, me batiré con todos cuatro, o uno a uno tras otro, a fe de Dios de tan mezquina intención contra la misma verdad y desde aquí los desafío, a todos o a cualquiera de ello”[8] arrojando su guante en señal de desafío, a lo que Fernando respondió: “Bien se yo que donde vos estuviéredes y el Gran Capitán, vuestro señor, que tendré yo seguras las espaldas. Tomad vuestro chapeo, pues habéis hecho el deber que los amigos de vuestra calidad suelen hacer”10 ,el incidente llegó a oídos del gran capitán, lo cual selló una amistad inquebrantable, mas tarde en 1507, Fernando el católico le despojaría de su marquesado, con ello Diego perdió la fe en su rey y se dedicó a la piratería.
Pero García
de Paredes volvería a las andadas ya que, en 1508, España estaba en conflicto
por el norte de África, el cardenal Cisneros soñaba con proseguir la cruzada
contra el islam en África y alcanzar Jerusalén, Diego, tras recibir el perdón
de Fernando se embarcó en esta especie de “cruzada”, llegando a participar en el
asedio de Orán (Actual Argelia. Regresó a Italia y se puso al servicio de las
fuerzas imperiales de Maximiliano I como maestre de campo, aunque esta campaña
fracasase por el fallido sitio de Padua, aun así Diego consiguió defender la
ciudad de Verona, era tanta la popularidad del Sansón Extremeño que fue
nombrado coronel de la Liga Santa por el papa Julio II, aun que ocurriría una
desgracia en su vida, ya que su hermano, Álvaro de Paredes, moriría en la
batalla de Rávena, en la que Diego, tras lograrse retirar, fue capturado en una
emboscada, y ahí perpetuará otra de sus hazañas, cuando fue llevado prisionero,
aprovechó que estaban pasando por un puente para tirarse al agua, llevándose
consigo a cuatro caballeros, estos se ahogaron y Diego logró escapar.
Tras esto estuvo con Carlos V, en la Guerra de las Comunidades y la
Guerra de Navarra, también participó junto a el en la Batalla de Pavía, incluso
formó parte de la guardia que escoltó al capturado rey francés Francisco I,
incluso el propio Carlos V le nombró “Caballero de la Espuela dorada”
Pero
desgraciadamente, toda historia tiene un fin, en el año 1533, García de Paredes
acompañó a Carlos V a su famosa reunión con el papa Clemente VII en Bolonia,
donde aquel héroe que tanto había conseguido, fallecería a causa de unas
heridas por caer malamente de un caballo durante un juego con unos cadetes, sus
ultimas palabras fueron: “parece que le
place a Dios que por una liviana ocasión se acaben mis días”[9]
A día de hoy, los restos de Diego García de Paredes descansan en la iglesia de Santa María la Mayor, en su natal villa de Trujillo, en la actual Extremadura, se sabe que Diego tuvo dos hijos: Diego García de Paredes hijo y Sancho de paredes, siendo el primero descubridor del nuevo mundo y, fundador de la ciudad de Trujillo, en la actual Venezuela.
Bibliografía
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Pérez del Pulgar, Hernán, Crónica llamada las dos conquistas del reino de Nápoles. Zaragoza, 1554
Crónica General y Crónica manuscrita del Gran Capitán, [16] de autor anónimo contemporáneo.
Anónimo, Crónica General y Crónica manuscrita del Gran
Capitán
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Sánchez Jiménez, Antonio: Diego García de Paredes en la literatura española del siglo xvi. 1ª Edición. Newark, Delaware: Juan de la Cuesta, 2006
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Sánchez Jiménez Mario, y Antonio Sánchez Jiménez. “La suma de las cosas que acontecieron a Diego García de Paredes y de lo que hizo apuntes sobre su autoría”, Vol 60, Nº1 (2004): págs. 231-242. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1143619
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Tamayo de Vargas, Tomás. Diego García de Paredes, hechos de su tiempo. 1ºEd. Madrid: Editorial Órbigo, S.L, 2010
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Ruiz Moreno, Manuel Jesús. Diego García de Paredes 1468-1533 Las campañas del "Sansón" extremeño. Madrid: Almena Ediciones, 2017
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Moreno Godino, Florencio. La Cruz de plata: memorias de Diego García de Paredes.Madrid: 1869
Gómez Andrea, Miguel Diego García de Paredes: el Sansón extremeño, 1ªEd. Alcalá de Henares: Cascaborra Ediciones
Muñoz de San Pedro, Miguel. Diego García de Paredes, "Hércules" y "Sansón" de España. Madrid: Espasa, 1946
[1] ” El Sansón de Extremadura, Diego García de Paredes”, Semanario pintoresco español: Pag 382”
[2] Fray Alonso Fernández, Historia y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia
[3] Miguel Muñoz de San Pedro, Diego García de Paredes, Hércules y Sansón de España, 1946
[4] Breve suma de la vida y hecho de Diego García de Paredes, Incluida en las crónicas del Gran Capitán
[5] Biblioteca de la Real academia de la Historia, vida de Diego García de paredes, Colección de Vargas Ponce, Volumen 37, Nº12
[6] Hernán Pérez del Pulgar, Crónica llamada las dos conquistas del reino de Nápoles, incluida en las Crónicas del Gran Capitán (Madrid, 1907), Paginas 213-214
[7] Anónimo, Crónica manuscrita y crónica general, Incluidas en las Crónicas del Gran Capitán (Madrid, 1907)
[8] Anónimo, Crónica manuscrita y crónica general, Incluidas en las Crónicas del Gran Capitán (Madrid, 1907)
[9] Anonimo, Breve suma de la vida y hecho de Diego García de Paredes, Incluida en las crónicas del Gran Capitán.
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